Mila Vázquez (Emilia Vázquez Rozas), nació en Pontevedra, pero residió en la aldea de Balboa (A Estrada) sus primeros años, trasladándose de niña a Santiago de Compostela. Comienza su actividad artística a finales de los años 80 en A Coruña, donde se había trasladado por motivos profesionales una vez finalizados sus estudios universitarios, de la mano de la pintora Rosa Guisán. En 1991 Mila Vázquez regresa a Santiago y se perfecciona técnica y artísticamente en el estudio del pintor Xurxo Martiño. En esta época comienza su actividad artística profesional y su trabajo como docente de Econometría en la Universidad de Santiago. A lo largo de su carrera expone sus obras en distintos espacios, y participa en ferias y exposiciones fundamentalmente de la mano de la galería Borrón4, de la galería José Lorenzo y en proyectos expositivos comisariados por Cristina Carballedo.

Su obra es figurativa, con una intensidad expresionista que la dota de fuerza, y una perspectiva marcada en la que la luz y la oscuridad se plasman en fuerte contraste en la naturaleza, el mar, el cielo y en las arquitecturas que pinta. La mayor parte de sus trabajos se caracterizan por la representación de espacios interiores y paisajes industriales en los que está ausente la figura humana, pero en los que se muestra el paso del tiempo en los espacios aparentemente vacíos y deteriorados, los vestigios que el ser humano deja a su paso en fábricas o talleres en desuso, en estaciones vacías o arquitecturas atemporales.